Parece un titulo extraño para comenzar esta entrada, pero tiene un buen motivo...
Este domingo será un dia ocupadísimo para mi familia. Uno de mis tíos, que forma parte de un comando de campaña en Olocuilta, estará de arriba para abajo monitoreando la actividad como es su deber. Mi tío mayor mientras tanto, estará cuidando urna aquí en San Marcos. Mi abuelito, al igual que el pasado 18 de enero, estará pegado al televisor o a la radio pendiente de cada movimiento o suceso interesante... Mi mamá, como cada domingo, escuchará al regresar del centro de votación, su programa de todos los fines de semana... y mi abuelita... mi abuelita estará terminando de preparar las charamuscas con las que pretende celebrar el triunfo de su candidato predilecto.
Un día que, en mi caso, comienza a las 7 de la mañana, pues si por algo se caracterizan en mi hogar, es por ir a votar super temprano... Me viene a la mente el recuerdo de mi niñez, cuando acompañaba a mis padres cada 3 o 5 años a Jardines de San Marcos, (el único centro de votación en esta ciudad) y ayudaba a mi mamá a marcar la papeleta, o al menos, hacía de guardaespaldas junior para evitar que alguien estuviera espiando mientras ejercía el sufragio... recuerdo el olor que emanan esos plumoncitos, y cómo al llegar a casa, insistía en que se lavaran muy bien las manos para que saliera toda la tinta indeleble.
Y el pasado 18 de enero, cuando por primera vez voté, me pareció un proceso que necesita muchas mejoras: El tiempo que se tardan en cada persona, la tinta indeleble que, en el caso de uno de nuestros vecinos, solo duró 2 horas; la actitud de algunos vigilantes, cuales cancerberos, incomodando especialmente a las personas de la tercera edad, queriendo aprovecharse de la buena voluntad de algunos al pedir ayuda... realmente indignante.
Luego, como estudiante de periodismo, tengo casi la obligación de estar pendiente y hacer un zapping en diferentes medios, para saber como va la tendencia, tanto de afluencia de personas, como de resultados finales... Preparandome para cuando tenga una acreditación de periodista de algun medio y tenga que reportar el movimiento desde el lugar de los hechos.
Y al llegar el atardecer, pues con la ansiedad de saber quien va a gobernar este país por cinco años, con el orgullo de decir que yo contribuí con mi voto, probablemente, esperando una cena que se tardará porque todos están mas pendientes de las entrevistas, los conteos a boca de urna, y las noticias que el Tribunal Supremo Electoral ha prometido hoy, a cada hora después del cierre...
Puede que asi se encuentre el día, puede que quizás sea mejor... Solo faltan tres días, sin mas campaña, donde los invito a meditar muy bien a quien le darán su voto... Pero como no quiero orientarlos a decirles por quien deberían votar, me voy a la cocina. Talvez me adelanten una de esas deliciosas charamuscas para celebrar. XD
Un día que, en mi caso, comienza a las 7 de la mañana, pues si por algo se caracterizan en mi hogar, es por ir a votar super temprano... Me viene a la mente el recuerdo de mi niñez, cuando acompañaba a mis padres cada 3 o 5 años a Jardines de San Marcos, (el único centro de votación en esta ciudad) y ayudaba a mi mamá a marcar la papeleta, o al menos, hacía de guardaespaldas junior para evitar que alguien estuviera espiando mientras ejercía el sufragio... recuerdo el olor que emanan esos plumoncitos, y cómo al llegar a casa, insistía en que se lavaran muy bien las manos para que saliera toda la tinta indeleble.
Y el pasado 18 de enero, cuando por primera vez voté, me pareció un proceso que necesita muchas mejoras: El tiempo que se tardan en cada persona, la tinta indeleble que, en el caso de uno de nuestros vecinos, solo duró 2 horas; la actitud de algunos vigilantes, cuales cancerberos, incomodando especialmente a las personas de la tercera edad, queriendo aprovecharse de la buena voluntad de algunos al pedir ayuda... realmente indignante.
Luego, como estudiante de periodismo, tengo casi la obligación de estar pendiente y hacer un zapping en diferentes medios, para saber como va la tendencia, tanto de afluencia de personas, como de resultados finales... Preparandome para cuando tenga una acreditación de periodista de algun medio y tenga que reportar el movimiento desde el lugar de los hechos.
Y al llegar el atardecer, pues con la ansiedad de saber quien va a gobernar este país por cinco años, con el orgullo de decir que yo contribuí con mi voto, probablemente, esperando una cena que se tardará porque todos están mas pendientes de las entrevistas, los conteos a boca de urna, y las noticias que el Tribunal Supremo Electoral ha prometido hoy, a cada hora después del cierre...
Puede que asi se encuentre el día, puede que quizás sea mejor... Solo faltan tres días, sin mas campaña, donde los invito a meditar muy bien a quien le darán su voto... Pero como no quiero orientarlos a decirles por quien deberían votar, me voy a la cocina. Talvez me adelanten una de esas deliciosas charamuscas para celebrar. XD
Jeje, allá en el cantón que suelo visitar en Diciembre, le llaman: Topogigios, jeje.
ResponderEliminarBonita entrada, Fátima.